Desempacar...

El pasado dia 18 se cumplieron veinte anos de mi partida de Republica Dominicana rumbo a Belgica, como estudiante de intercambio con la AFS.

Recuerdo el dia de mi partida perfectamente. Nos levantamos todos muy temprano en casa. Yo apenas habia podido dormir la noche anterior en parte por la emocion, pero mas que nada porque se me habia roto la enorme maleta que habia estado preparando por semanas para mi viaje. Sucedio asi: Cuando llegue de mi despedida en Tropiburger de la 27 (si, lo se, que pariguayo estuvo eso) decidi que la blusita que llevaba puesta, una con un sello marinero bordado en un bolsillito del lado izquierdo, merecia darse un viaje trasatlantico. Intente meterla a la fuerza en una maleta que ya de por si iba forzada. Estallo el zipper como suele suceder en el reality show  "Otro dia mas en la vida de Rosa Avelina", y asi fue como apenas horas antes de que saliera el avion, a eso de las 3 30 de la madrugada, estaba en plena sala, con todas las luces encendidas y con mi mama (a quien saque de la cama cuando el panico se apodero de mi) tratando de meter todo el contenido de mi equipaje, ropa, abrigos, zapatos, libros y regalos para un viaje de un ano completo, en las unicas dos piezas pequenas de equipaje que encontre en la casa y donde al final no cupo mas que las tres cuartas partes de lo que tenia planeado llevarme para mi nueva vida.

Una vez superado el asunto, la familia en pleno fue a llevarme al aeropuerto. Mi papa al volante, mi mama a su lado, mis dos hermanos, mi hermana y yo, mas mis dos maletas, en el Subaru de mi papa, en aquella epoca nuevesito. El sol saliente nos acompanaba por la autopista Las Americas. En el trayecto mi papa decia que el eclipse luna del dia anterior marcaba tambien una epoca de  nuevos inicios para mi; mi mama me repetia que debia portarme bien con mi familia. Pero yo andaba con el corazon a mil y a penas podia oir nada mas que latidos de anticipacion en todas partes. Era mi primer viaje fuera del pais en toda mi vida! Era ademas un viaje nada mas y nada menos que a Europa, la cual queria conocer desde los 15. Como si fuera poco, era un viaje que duraria un ano y en el cual estaria viviendo con gente que aun no conocia y aprendiendo un idioma nuevo!!! En muchas formas presentia que algo muy importante me estaba pasando (por fin!) y aun no sabia lo que me esperaba.

Tenia solo 16 anos. Okay, casi 17. Recuerdo que tenia el pelo cortado en un pajesito y las unas pintadas. Para la gran aventura llevaba puestas unas bermudas caqui de lino y un blazer beige con cuatro botones dorados cruzados y unas gigantescas hombreras. Mi toque de rebeldia consisitia en un sombrero de cabellero que compre en una tienda de zapatos del Conde y que en Santo Domingo era demasiado llamativo en la epoca en la cabesita de una nina bien.  Decidi que seria mi sello personal ese ano, la dominicana del sombrero, eso no sonaba mal. Ademas del sombrero, la cabeza la llevaba repleta de historias potenciales, de imagenes inventadas de mi pais anfitrion del cual solo habia visto tres fotos en total: una en la pared de la oficina de AFS, una en el Consulado de Belgica y otra en la enciclopedia ilustrada Cumbre.  Llevaba muchas cosas en el corazon, eso si, muchas ganas de cambiar algo en mi, todavia no sabia exactamente que, pero tenia mis grandes metas muy bien definidas:

1) Convertirme en una mujer de mundo;
2) Tener por fin un novio, como todas mis amigas;
3) Engordar.

Ah! Y aprender frances tambien, esa era, despues de todo, la razon oficial.

Recuerdo el avion despegando y la sensacion de extasis al elevarme.  Durante el vuelo, las seis que ibamos rumbo a Miami con destino a Bruselas comenzamos animadamente a intercambiar historias y consejos; algunas tiraban ya sus frases completas en frances y otras contaban  sus agitadas vidas en esos ultimos dias de despedidas y separaciones; la del novio que la fue a despedir al aeropuerto, la de la mama que se quedo llorando en el mostrador de PanAm... Mi unico evento digno de despertar alguna reaccion era el incidente del reventon de la maleta y rauda y veloz me apresure a contarlo para no quedarme atras. En ese vuelo nos dijimos lo esencial de cada una en par de horas y, lo mas importante, hicimos un pacto de que la primera que besara a un chico en Belgica se ganaria unos chocolates de parte de todas las demas. Comence a calcular la tarifa de cambio entre pesos, dolares y francos y que tan caro iba a salirme la apostadera alegre en asuntos donde seguro iba a perder. Despues de todo no se podia perder lo pariguayo de un dia para otro.

Llegando a Bruselas me esperaba lo que yo asumi como otro bofeton descarado del destino: Mis maletas no llegaron. Dicen que existe la suerte del principiante pero ese dia yo estaba inaugurando la maldicion del que viaja por primera vez, me decia. Cabizbaja y nerviosa entre a un cuartico del aeropuerto donde tuve que identificar en un formulario con no se cuantas opciones cada uno de los mas infimos detalles de mis improvisadas maletas.  Esto empezaba muy mal. Estaba comenzando una nueva vida de mujer de mundo y tan solo llevaba encima una pasaporte, mi sombrero y mi walkman.

Finalmente, llegamos al campamento donde nos recibirian nuestras respectivas familias. Yo con las manos vacias, los demas estudiantes del mundo entero cargando con lo que parecian enormes piezas de equipaje. Para seguir con la tendencia de mi suerte de las ultimas horas  fui, para colmo, la primera de las dominicanas que llamaron para presentarle a su familia anfitriona. De repente, poniendome de pie para ir al encuentro, sin saber decir en frances nada mas que la primera frase del capitulo 1 de mi libro de del colegio, me di cuenta de la locura que acababa de cometer con mi vida y mi futuro!!! Habia dejado mi pais, mi familia, mis amigos, mi grupo de oracion, mis rocktime del club (donde nunca me sacaban a bailar), Plaza Naco , Cineplex y Chimi-Mundo para irme con la AFS... a Belgica!!!! Queria tener  el boton magico para darle para atras a la maquina del tiempo e ipso facto  regresar a mi predecible vida! Pero me arme de valor y fui al encuentro inevitable con mi nueva realidad.

Mi familia belga me esperaba, brazos abiertos y sonrisas amplias. Con ojos curiosos me preguntaban insistentes cuando vieron mi cara de terror "Ca va?" Fue todo lo que necesite para rajarme a dar gritos como una loca en medio de las demas familias anfitrionas que me miraban asombradas, de lejitos. Le eche la culpa a las maletas perdidas y con esa partimos rumbo a Havinnes, mi nueva ciudad, perdon, quise decir, mi nuevo lugar de residencia, situado mas bien en el campo.

Dos dias despues, otra vez en Bruselas, recibi mis maletitas con muchisimo mas entusiasmo de lo que habia sentido en todos esos ultimos dias de despedidas y bienvenidas, de primeros vuelos y apuestas. Ya en mi cuarto, las abri lentamente para re-descubrir mis pequenas reliquias: La camara Kodak 110 de mi mama, todavia con el olorsito de sus manos; Mi pintalabios favorito, uno rosado brillante; Mi anillo de graduacion que aun no habia perdido para la fecha; unos zapatos Pluma, de moda en esa epoca (los mios eran rosado palido con la suela blanca); un reloj de cuerda con correitas finas, tambien regalo de mi mama, que me hacia sentir como toda una damisela; los horrosos sweaters de invierno que me presto la consabida prima en Nueva York que todos tenemos; un casette de George Michael  y otro cassette grabado por mi directamente de Radio Listin y La Nota Diferente; la bandera dominicana planchada y dobladita con cuidado. Las blusas y los boleros que con tanto carino me hizo mi mama para mi viaje... 

Mi padre belga le echo una mirada desconfiada al contenido desparramado por el cuarto y me dijo en un ingles con acento: "Y por estas cosas fue que lloraste tanto?" No supe que responder. Lo que si se es que ahora, veinte anos despues, daria no se que por volver a tener fe en el boton de la maquina del tiempo y revivir el momento en que sola, del otro lado del mundo, sin saber todo lo que me esperaba, sin internet, sin skype y sin chat, y ya con el Plan B en borrador de como iba a regresar a Republica Dominicana mas rapido que inmediatamente, abri esperanzada mis motetes. Mis olores, mis recuerdos, las cosas que me lleve por si acaso, las cosas que no me sirvieron para nada... Mis colores, mis fotos del anuario y mis chucherias...  Los pedacitos chiquititos de mi familia y de mi patria enredadas entre medias y gelatina de pelo...  Juro que gustosamente le diera la bienvenida al sentimiento  que en mi desperto el abrir esa cajita de tesoros, ese reencuentro con lo propio que es a la vez un baul de promesas, todos los dias de mi vida.

Tener un olfato desarrollado...


Antes de partir rumbo a Azerbaijan alguien me dio este consejo: "No juzgues nada antes de tener seis meses en ningun lugar nuevo al que vayas a vivir". El 12 de agosto cumpli seis meses en Azerbaijan y puedo, oficialmente, dar mis primeras (y segundas) impresiones sobre Baku. Supuestamente, no quiero comenzar a despotricar contra este pais que sin proponerselo ha sido un anfitrion bastante aceptable. No quiero caer en la queja arrogante y descontextualizada del expat promedio, es decir, no quiero pasar por malagradecida, ignorante, maleducada y poco diplomatica. Pero talvez... Talvez eso es lo que me toca vivir ahora en carne propia, asi que veamos que sale:

"Azerbaijan". La palabra, al ser evocada, me lleva en principio al tiempo en que este pais era todavia una idea que no pasaba de posibilidad futura. Pero que sitio es este? Todavia no me lo contesto, creo. Lo segundo que evoca la palabra es un despliegue de experiencias sensoriales que van del frio al calor, de los colores a los sabores.

Baku me gusta mas en invierno que en verano. Cuado hace frio la ciudad y la gente se visten de misterio. Los edificios antiguos, de por si callados y solemnes, muestran orgullosamente su caracter imponente. El mar, de lejitos, no habla ni baila nada. Los parques desolados y desnudos despues de otono, evocan imagenes de romance y secreto. La ciudad y su gente se visten de plumas, de pieles. Los hombres se convierten en vampiros urbanos y las chicas en brujas prohibidas. Los rasgos oscuros, combinacion oriental y eslava, adquieren la agresividad de la mezcla para desplegar una elegancia transparente. Okay, no hay cafetines con chocolate caliente, ni cantinas para calentarse con un vinito y unas tapas; cierto, los salones de te no son lugares para "mujeres decentes", pero igual subsiste esa necesidad de los inviernos de escurrirse, de encontrar el atajo escondido, de apresurar el paso para que corra la sangre y se caliente el cuerpo.

En verano, por otro lado, la ciudad se despierta con cuaja. Se llena de sopor y sofoca. Zombificada, discurre a paso lento, torpe y distraido. Oleadas de aire caliente, brisa y olores asediantes salen de paseo impudicamente, conquistando las calles. Algunos olores dejan todavia al gusto en duda como el restaurante de doners debajo de mi casa o el olorsito a petroleo viniendo del aeropuerto. Pero hay otros que claramente reclaman atencion y sentencia: Orines de gato en las mas elegantes entradas, cunetas en reparacion, sudor y otros olores humanos (mejor dejados sin identificar), que gritan su presencia al unisono compitiendo entre ellos. Dificil no tener una opinion. Confieso que por momentos me siento insultada personalmente y en ocasiones tengo un mini-monologo con el aire pidiendole seriamente explicaciones.

En fin, que lo que el frio del invierno oculta con elegancia, el calor del verano lo desnuda con imprudencia.

Los colores son el beige y el verde, de arena y olivos. Salpicado, ademas, de azul platinado por culpa del mar. Los sabores: El chai en todas sus versiones, las almendras azucaradas, los datiles. Los sonidos: taladros que violan toda la ciudad en su continua remodelacion, las "a" largas largas y nasales del azerbaijani; La musica local que es un lamento que parece eterno, (pero no version bachata, mas bien en version Bjork encendia o Mariah Carey pensando en Luis Miguel).

Los flashes visuales: Andamios suicidas por doquier, la foto del Presidente de Azerbaijan cada dos esquinas, en bares y cafes, en oficinas y supermercados. Sonrisas doradas, (donde menos te lo esperas te pica el ojo el brillo relampagueante de uno o varios dientes de oro); medias pantyhose de abuelita con sandalias de todo tipo: de goma, de cuero, de tacones planos o stilettos, de las de estar en casa, de las de moda y las anticuadas... En medio de un verano punzante y sin discriminar en edades y procedencia.

Arquitectura: El Old town, lindo y amargo. Con su sensacion de encierro, sus callejuelas y callejones, sus adoquines y empredrados, sus tiendas chic y caras, y sus cafetines que no sirven cafe. Los contrastes de lo moderno y lo antiguo; las tiendas por departamentos sovieticas, vecinas de los bazaares y de Gucci. El empeno en rescatar un estilo oriental que nunca realmente fue.

Todo un carnaval para los sentidos, me parece, por eso siempre ando alerta. Tambien es un carnaval para el pensamiento... Porque es que ademas se puede oler en el aire una especie de verdad tapada, de mentira que juega a ser otra cosa...

Pero eso le dejamos para otro post... Para terceras y cuartas impresiones...

Sufrir...


El otro dia fui con Oksana y Dalila a un albergue de ancianos en Baku, atendido por unas hermanas de la Caridad. Desde mi llegada a Azerbaijan habia estado buscando algun tipo de voluntariado. El abanico de opciones era amplio, tal como me entere al asistir a una actividad del International Women's Club. Podia trabajar en un centro de refugiados, en orfanatos de ninos con discapacidades, en orfanatos de ninos inmigrantes, con mujeres artesanas; podia trabajar recaudando fondos, recolectando ropa, vendiendo boletos... Habia brochures y panfletos por doquier, cual feria de reclutamiento de voluntarias. La cantidad y variedad de oportunidades era tanta que sali sobrecogida y replanteandome la pregunta de mi verdadero motivo para hacer voluntariado. No tenia idea, conclui. Simplemente era algo que podia ser "bueno" sin mas, pero no me apetecia hacerlo como si fuera un requisito o como si estuviese de compras en el supermercado buscando un producto que me complaciera. Me prometi pensarlo mejor y me dedique a seguir en lo que estaba, es decir, tomando cafe con las amigas por las mananas y chateando en internet por las tardes. Uno de esos dias, precisamente con una taza de cafe en la mano, Dalila me hablo del albergue de ancianos donde ella colabora. "Es un sitio alegre", me dijo y sin averiguar mas le dije que queria ir.

Fuimos el Martes pasado. El lugar en si no tiene nada de particular. Es una casa de dos pisos en las afueras de Baku, con un jardin de flores amarillas y rojas en la entrada, y un huerto. Un ancianito en silla de ruedas nos dio la bienvenida con los ojos desde la galeria y hasta intento una sonrisita. Oksana y Dalila llevaban fundas con comida en ambas manos; yo, mi iPod y una camara.

Al oir nuestros pasos en la entrada, la hermana Marina, la encargada, salio corriendo a nuestro encuentro. Sonriente y pequena nos ayudo con las bolsas plasticas (yo agarre una funda que mas o menos explicara mi presencia alli). Nos llevo a la cocina y nos presento a la hermana Etienne que hacia su entrada triunfal. "La hermana Etienne", comenzo a decirnos la hermana Marina, "acaba de llegar a Baku..."

Etienne* es una monjita parlanchina y vivaracha, pero sobre todo parlanchina. Es alemana, pero tal como ella no tardo en decirnos , "En este mundo el alma cambia tantas veces de morada excepto la ultima, la que es de verdad, que es mejor acostumbrarse a no ser de ninguna parte..." y mira para arriba sonriendo. Yo miro hacia arriba tambien y veo el techo blanquisimo. Entre risotadas la hermana nos cuenta lo mucho que le gusta estar en Azerbaijan, lo feliz que esta con los cambios y det tener que aprender todo desde cero.

No nos pregunta quienes somos. No sabe que Dalila se convirtio al catolicismo recientemente, justamente viviendo en Azerbaijan, un pais musulman. No sabe que Oksana esta ahi basicamente porque es super buena gente y le encanta ayudar en lo que sea, y no sabe que yo, Rosa Avelina, no tengo ni idea de por que estoy ahi. De todas formas, poco importa, la hermana quiere hablar y esta feliz de tener una audiencia fresca.

Nos dice alborotada que ama Rusia y la ex-Union Sovietica y nos suelta par de frases en un ruso elegante y fluido. Yo, de una pieza, estoy absolutamente impresionada. Ultimamente, despues de cuatro meses echando un pulso con ese idioma (y a punto de rendirme), pongo en un pedestal a cualquiera cuyo idioma nativo no sea ruso y lo hable sin tener que fruncir el entrecejo para parir una palabra. La hermana Etienne nos sigue diciendo que adora vivir en el Este, que por estos lares la gente todavia reconoce que se necesitan los unos a los otros. Basicamente, en buen dominicano, conclui que a la hermana "le quilla" trabajar en paises donde no hace falta comida. "La gente entonces olvida, como si fuera posible, que hay que alimentar al corazon tambien. Por ejemplo en Finlandia donde estaba antes...", nos cuenta antes de que podamos reaccionar, "...es muy dificil dar alimento al corazon de la gente. Las personas se protegen de los demas, sobre todo, si son extranos. Alli vi ancianitos muriendose de soledad en sus casas comodas y acondicionadas y aun asi, solos y sin haber hablado por dias, tienen miedo de abrir la puerta a unas monjitas casi tan viejesitas como ellos...La gente teme que se les vaya a hablar de religion...", nos dice con una carcajada sonora, "... como no tienen necesidades materiales se olvidan que decir buenos dias, sonreir o simplemente estar frente a la presencia de alguien es mas que religion! Han olvidado hasta como conversar!", nos dice sin que hayamos podido decir ni jota. "Hay excepciones por supuesto..." y acto seguido nos hace la historia de una senora muy ancianita, tambien en Finlandia, que vivia sola en su apartamento. La senora se sentaba todos los dias en la tarde en el peldano de la escalera, en los frios pasillos, solo a esperar que pasara alguien, y ver a sus vecinos entrar y poder decirle a alguien buenas tardes. "Es la enfermedad de occidente, la soledad! Por eso me gustan los paises pobres!" dice agitando las manos en el aire, "...donde todavia es normal el hecho de necesitar a un vecino! Imaginate que en occidente la gente hasta se ha olvidado de sufrir! No se acuerdan ya, se protegen todo el tiempo de sufrir! Como si sufrir no fuera TAN bueno..! Hizo una pausa, suspirando.

Hizo una pausa..?

Rauda y veloz aprovecho para preguntarle si me puede explicar eso ultimo de que sufrir es tan bueno un poquito mas. Su risa retumbo en el albergue completo. "Muy facil", me dice. "Intentalo tu misma. La proxima vez que estes triste y tengas ganas de llorar por algo ofrece tus lagrimas a cambio de la gracia, bienestar o progreso de otra persona! Ofrece tus lagrimas por la felicidad de alguien. Si de todas formas vas a llorar, que tu sufrimiento sea una especie de ofrenda, un intercambio para que se realicen los deseos de alguien que quieras, lejano o cercano, no importa..."

Algun chispaso neuronal recondito me hizo pensar que karmicamente eso podria tener sentido. Segui escuchando.

"Solo cuando hayas escogido al receptor de tu regalo, solo entonces puedes comenzar a llorar con muchas ganas, con todas tus fuerzas, lo mas que puedas, y vas a ver que satisfaccion vas a sentir..!" guino un ojo, como si acabara de confesarme uno de sus pecadillos secretos. "En el mundo se sufre por falta de amor y en ofrecer algo con amor hay amor, no es cierto? Hay que aceptar el sufrimiento como una oportunidad de regalar amor, de dejarlo ir con una bendicion para alguien!!! Por cierto...", me dijo con cara de quien acaba de tener una idea cuya ejecucion no puede postergarse, "tengo algo que darte".

Regreso con una cajita de carton con estampitas con la imagen de la Madre Teresa. Escogi una parecida a la foto de la Madre Teresa que tiene mi mama en su habitacion. "Tiene un mensaje al dorso". Tambien me dio una postal con la famosa oracion de San Francisco de Asis y me dijo que practicarla era un poco mas dificil que lo de sufrir, pero que podia intentar leer una linea por dia y pensar sobre ella. La hermana nos iba sacando de la cocina poco a poco, mientras decia eso, como si ya hubiesemos cumplido nuestra mision de servicio ese dia.

Al despedirnos, nos confeso que no hablaba azeri aun. "Y aunque tengo muchas ganas de hablar azeri reconozco que lo bueno de llegar a un sitio donde no hablas el idioma es que necesitas ayuda de los demas... es obligatorio! Parece que vienes a ayudar y a servir y resulta que los otros terminan ayudandote y sirviendote a ti!

Parecia tambien que que mi voluntariado me habia encontrado a mi, y no al reves.

Ya en casa, mientras editaba las fotos que tome ese dia, decidi que en lo que llegara un sufrimiento que valiera la pena ofrendar iba a comenzar tomando mi frustracion de no poder hablar ruso, precisamente, como una leccion de humildad y de atreverme a equivocarme.

La laminita decia al dorso:

"I will, I want.
With God's blessing I'll be holy".

No entiendo este mensaje del todo pero cuando regrese al albergue le pedire a la hermana Etienne que me lo explique. Algo me dice que estara encantada.

* En la foto, la hermana Etienne es la que esta sacando la cabesita en el fondo.

Reconciliarse...

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El otro dia estaba pensando en la celebracion de los veinte anos de mi graduacion del colegio. Me sorprendi deseando haber asistido. Me sorprendi porque desde hace anos solo pensar en este tipo de reuniones me revolvia el estomago. Les cuento:

En 1989 me gradue de un colegio catolico, solo de ninas, con unos patios enormes, butacas gigantescas, una cancha de kitball y una capilla. A pesar de haber hecho el bachillerato completo alli, nunca me senti completamente a gusto y no solo por culpa de los uniformes (que eran, dicho sea de paso, los mas feos del Distrito Nacional), si no tambien porque durante mi tiempo en la secundaria fui mas bien una espectadora de los acontecimientos que se desplegaban a mi alrededor, y no una participante activa. Admiraba desde mi banquillo las hazanas y los logros de las companeras que ya desde los dieciseis anos aparentaban saber exactamente que iban a hacer con el resto de sus vidas o, por lo menos, eso imaginaba yo. No voy a decir que fue una epoca tragica, triste o solitaria. Digamos que fue una epoca confusa, donde estaba mas enfocada en mirar la pantalla brillante rebozante de imagenes ajenas, que en mirarme a mi.

Mi aversion a las reuniones de la promocion surgio exactamente dos anos despues de graduarnos, cuando se hizo la primera, a la cual fui con mi mejor amiga del colegio, Cristina. Fue en 1991 en la terraza del Hotel Embajador. Teniamos que sentarnos todas en circulo y despues de saludar teniamos que tomar turnos para ponernos de pie y contar nuestros grandes logros en esos dos anos. Algunas chicas, las mas aplaudidas, pedian el turno primero para decir en voz alta ante el mundo: "Estoy comprometida para casarme. Miren mi anillo!" Cristina y yo nos mirabamos y nos preguntabamos volteando los ojos "OK, pero a los veinte anos..?!! Sera que no tiene otra cosa que decir?" Cuando ibamos ya por el cuarto anuncio de matrimonio/compromiso, los cuales cercian en popularidad, decidimos escaparnos antes de que nos llegara el turno de hablar y fuera demasiado tarde (lo que hubiesemos podido decir de nuestras relaciones sentimentales en el momento, mejor ni imaginarlo). Con par de miradas complices, un pellizco y un dedo senalando la puerta, nos fuimos raudas y veloces del lugar y nos metimos en el casino del mismo hotel. Ese dia Cristina y yo pasamos a ser las dos hippies que se fugaron de la reunion y, como ustedes comprenderan, pasaron muchos anos antes de volver a tener contacto con las chicas de mi colegio.

Sin embargo, a mediados del ano pasado, ya sabiendo que se acercaba mi partida de la Republica Dominicana, comence a integrarme poco a poco en la actividades de planificacion de la celebracion de los veinte anos de graduacion. Como llegue a la primera reunion de planificacion? No recuerdo. Creo que alguien me contacto por Facebook, o tal vez me encontre con alguna de las ex-companeras en un supermercado... Lo que si recuerdo es el dia del primer reencuentro: Fui al salon a ponerme radiante como un sol, estrene una blusita sexy, cogi las llaves del carro, una cartera pequena y un pintalabio. Esta vez iba sola. Mi cabeza bullia de curiosidad y expectativa. Que iba a encontrarme alli? A que iba?

Llegue temprano. Solo dos de las chicas estaban en el sitio y hojeaban el anuario. Pedi un vodka tonic. Cuando iba por el segundo ya habian llegado once o doce y de repente ahi estaba yo, Rosa Avelina, un Sabado por la noche, oyendo historias viejas de la profe Celeste, del acto de bandera, del profesor de fisica y de los novios que ellas tuvieron en la epoca. Una vez mas, todo parecia ser una pelicula de la cual yo era parte de la audiencia como en los viejos tiempos, pero ahora con un ojo critico... "Hmm... Esperate..Como en el 91..?"

Pedi otra vodka para enfocar mejor. A ver...

"- Todas estan muy lindas (no fui la unica que fue al salon).
- Las que eran flaquitas como yo en la secundaria, cogieron sus libritas tambien;
las gorditas rebajaron, engordaron y volvieron a rebajar.
- Las que se casaron jovensitas se divorciaron y, sonrientes, estrenan novios nuevos;
otras se casaron con sus novios del colegio y siguen felices y campantes.
- Las que no se han casado aun, llevan vidas interesantes y carreras chulas en su mayoria, y otras, casualmente, ahora estan saliendo con los ex-esposos de las divorciadas.
- Las tranquilitas ninas de su casa son las mejores consejeras de la noche, por lo que mi ojo atento puede observar.
- Las populares y revoltosas siguen siendo populares y revoltosas hasta con sus hijos y maridos. Las que fueron suspendidas por mala conducta en primaria regresaron triunfales sin ninguna excusa a reclamar su derecho de admision en la comunidad de los recuerdos.
- Las que bebian alcohol en el thermo a la hora del recreo y fumaban escondidas, ahora fuman con glamour y les gusta el Absolut, igual que a mi.
- Las artisticas desde chiquiticas ahora son artistas de carrera (incluso una, cuyo nombre ni siqueira recordaba, resulta que es archifamosa y reconocida internacionalmente)."


Me acomodo mejor en la silla. En 2008 estas mismas mujeres estan sentadas alrededor de una mesa, esta vez en un bar, y por encima de su whiskey con hielo y ya sin pedir turno vuelven a declamar en voz alta sus ultimos logros: el exito rotundo de su cirugia plastica despues del tercer embarazo, los trofeos de los hijos en equitacion o tennis, lo feliz que estan de haber concluido con broche de oro su divorcio, lo tremendo del marido que quiere pasarse todos los Sabados en el golf y como a la hija de trece anos no se le da permiso ni loca para ir al cine... Todo con el mismo brio y entusiasmo con el que mostraban su pancarta de tengo novio y me voy a casar, dieciocho anos atras.

Espectadora con experiecia de repente lo veo todo muy claro. Puedo ver a estas mujeres que tanto me intimidaban en su epoca en una nueva dimension y sospecho que es porque me estoy viendo a mi misma de una forma mas amable. Sucede que mis companeras de escuela, a las que tan lejanas a mi percibia, son mujeres de la vida real, algunas comunes y corrientes, algunas sencillamente formidables, emprendedoras y fantasticas dependiendo del dia y del tema, como todo en la vida.


Finalmente fui a varias de las reuniones de planificacion subsiguientes pero la celebracion oficial de los veinte anos fue el Viernes pasado y no pude ir. Ese dia en la tarde me puse un poco melancolica y nostalgica. No por recuerdos vividos en la escuela, no por haber perdido la oportunidad de saludar a algun profesor entranable. Tampoco por cerrar una etapa, ni por hacer el ultimo intento de encajar. Me puse nostalgica porque me lo debia a mi misma. Me debia a mi misma algo asi como de pelicula, una vision a todo color en la cual le digo a la orquesta que pare la musica un momento, me subo al podium de la tarima, pongo las dos manos en el microfono y vocifero al publico: "Hola! Tengo un anuncio que hacer. Soy Rosa, se acuerdan de mi? Bueno, ahora vivo en un pais que se llama Azerbaijan, no me case hasta que tuve 35 anos, la idea de tener hijos todavia me la estoy pensando y acabo de aceptar un trabajo en Pakistan. Me voy en un mes!!!" Y luego, por supuesto, hacer una pausa larga para disfrutar plenamente cuando el salon se viene abajo... en aplausos!

Escribir...


Hace dos noches, leyendo una novela muy mala y adictiva fui golpeada por la certera e inconfundible bofetada de la determinacion: Voy a reanudar mis ejercicios de escritura y mi blog. La motivacion: Un libro malo que gano un premio. El objetivo: Escribir, simplemente. La forma: Un blog que sirva de registro diario de anecdotas, ideas, reflexiones y pensamientos para compartir. Estilo "Flasherbaijan", pero en palabras.

Por que escribir? No tengo respuesta para la pregunta y aun asi me obligo a hacermela. Siempre he dicho que escribir me gusta, pero que tipo de relacion he llevado con la escritura hasta ahora..? En principio me dije "Ninguna! Siempre estas postergando eso de darle para alla", pero recorde mis diarios. Esos cuadernos de notas llenos de tinta que escribo y guardo desde los trece anos y me di cuenta de que si tengo una relacion con la escritura; tengo veinticuatro anos escribiendome a mi misma.

Interesante.

Mis diarios son mis amigos sin derecho a replica. Son los planos verbales de estrategias mentales, son mis recipientes de piques, de las opiniones que no doy, de criticas, de agradecimientos, de cositas que anhelo. En ellos describo lo que me aterra o me entusiasma con lujo de detalles, con distorsiones imposibles, con malas palabras, dibujitos y muchos signos de exclamacion. Una vez cerrados y encerrados con llave sigo despues muy campante con mi vida. Pero estos companeros de emociones no llegan a ver la luz, no los muestro. De hecho, estan guardados en un baul en la casa y solo salen cuando necesito de ellos para desempolvar memorias. Que tipo de amistad en desequilibrio llevo con la escritura? Mmm...

Como llevar un diario es en principio una actividad privada (por lo de intimo y por lo de secreto) digamos que mi relacion con la escritura es como... tener amores escondidos! Como cuando una tenia trece.! Es una relacion de fascinacion, pero de miedo tambien. Y esta claro: Quien tiene "amores escondidos" si no es por miedo a algo (al papa, a la profesora, al otro novio...)?

El miedo em ambos casos es exactamente el mismo: Miedo a estar haciendo algo prohibido, miedo a descubrir cosas en ti, miedo a que te descubran y que una vez te descubran te juzguen (ay pero que indecente, que loca, que atrevida, etc). El otro temor es a tomar un riesgo por algo que no te va a llevar a nada, como el novio de la pubertad (que por cierto, yo no tuve).

La cosa es que, juzgados o sin juzgar, secretos o leidos por algun ojo indiscreto, ahi me esperan fielmente en el baul negro la misma tinta de los ultmos veinticuatro anos, a veces ilegible. Ahi estan mis secretitos de adolescente, mi paralisis universitaria, mis busquedas... Me mira de puno y letra la Rosa Avelina que fui y que he ido siendo en estos anos. Pienso que ya es hora de que "Escribir", de amor escondido pase a ser un amor compartido, transparente y publico. Un amor al que le doy algo a cambio: el derecho de existir por si mismo, sin razon, ni objetivo alguno. Sin preocuparme demasiado de hacerlo mal o hacerlo bien, si no de hacerlo lo mas que pueda (como querer).

Metodo: Cada dia voy a hacer una entrada, espero poder publicarla el mismo dia que las escriba aunque no me prometo esto ultimo porque no siempre tengo acceso a internet cuando salgo de Baku. Voy a escibir en la manana cuando me levante por veinte minutos corridos y luego ver que pasa.

Et voila! Oficialmente me doy permiso para tener un novio "consentido". Estoy creciendo.